He vivido un conjunto de experiencias que constituyen
mi propia historia personal, las cuales son peculiares y únicas como la espiral
de mi huella digital. Mi historia determina mi representación del mundo y como
lo percibo, la forma en la que me siento aquí en esta morada. El camino recorrido durante mi vida.
Esta morada no la percibo como el peor de los
mundos posibles, sino más bien una espiral de amalgamas y polaridades no precisamente
maniqueas; pero sí una serie de acontecimientos
Histórico sociológicos que rayan en una constante distopía
en la mayoría de los aspectos.
Mis hábitos, gustos, intereses y normas de conducta
dan forma a mi modelo del mundo; el cual observo bajo mis gafas del pesimismo
con una profunda diferencia entre la otredad y yo; porque estoy desencantado de
toda la inmundicia.
Este es mi modelo del mundo: una subjetividad
representativa donde las percepciones que configuran el estado real y latente
de este mundo estructural que se reconstruyen en cada acto histórico externo,
así como cada vivencia interna.
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